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Próximamente exposición Rene Magritte El surrealista de la manzana verde y los sombreros de bombín.

 

René Magritte, en los ojos de Cestero.

Los grandes maestros de las artes visuales, se distinguen con personalidades singulares que añaden una nota de excepción dentro del movimiento o corriente de pertenencia plástica y visual.

René Magritte dejó sus huellas propias dentro del movimiento surrealista europeo, marcando un espacio de interpretación del mundo con un recurso exquisito al sentido del humor y de la ironía, siempre dentro de una poética gráfica y visual inconfundibles.

La elegancia varonil del maestro belga, su distinción de dandi enamorado, su juego permanente con la imagen parecen ser los elementos fundamentales que encienden los ojos de Cestero frente a su obra.

El retrato de René Magritte de 2012, lo representa con toda su juventud concentrada y pensante, encorbatado, con traje, en una pose de concentración visual donde sus ojos abiertos retienen el misterio de la idea que será creación.

El fondo verde musgo pone a resaltar todos los matices y contrastes del retrato en primer plano donde el negro y el morado combaten la composición del saco y del sombrero bombín, suavizado por los trazos rosados del rostro juvenil resaltando su tez blanca.

El discurso de Cestero se puntualiza en la manzana roja, llevada en el hombro, como indicio universal de aquellas obras de Magritte, cuestionando el realismo en la representación de la fruta.

El juego y rejuego visual de los dos maestros, Cestero y Magritte, se alimenta del estiramiento de la brocha, y el azul se  convierte en manifiesto cuando en ´´Autorretrato con René Magritte´´, éste termina el  rostro de Cestero, realzando su  fisonomía  facial con un trazo fino de pincel en un gesto firme  y seguro

El discurso de Cestero está en los dos sombreros posados boca abajo sobre las dos cabezas, cada maestro con el suyo al revés. La composición cromática en este cuadro, alimenta el azul de fondo, con una transparencia de la materia pictórica extendida por el aguado.

La fuerza de este cuadro se conjuga visualmente en los dos sombreros que dan la significancia al surrealismo sobre el coronamiento del pensamiento retenido por los dos maestros con alegoría compartida. Pues efectivamente, Magritte, desata una conceptualización  propia de la realidad haciendo de ella la ética y la estética de sus ideas, convencido y convincente sobre la genialidad del ojo y su conexión con las libertades interpretativas que  no son más que la genialidad de dos artistas que conceptualizan el mundo con la imagen.

Todo parte del coloquio sobre la realidad y el surrealismo sellándose de manera sublimal en el cuadro ´´René Magritte y Salvador Dalí deslucidando sobre la realidad del surrealismo´´. El escenario mantiene a Magritte, con su  bombín posado al revés y con la gestualidad  compartida  con Dalí, de un diálogo animado por el juego de palabras ´´la realidad  del  surrealismo´´. Estamos frente a planteamientos de concurrencia etimológica y visual que nos llevan a pensar, tomando en cuenta que Magritte declaró con acertada  seguridad ´´Je suis un artista  qui pense´´, ´´SOY UN ARTISTA  QUE PIENSA, ´´entonces dejemos bien claro que el substantivo ´´realidad´´ está contenido en la palabra ´´surrealismo´´.

Ahora bien, Cestero nos lleva de la mano en el camino de los juegos de la vista, disfrazando  la realidad  y el realismo, con efectos  gráficos y plásticos que nos llevan a pensar y a repensar las imágenes establecidas para entonces provocar en la ejecución  plástica, la provocación de significados invertidos. Al fin y al cabo un sombrero bombín llevado al revés no deja de ser sombrero… La fantasía, la fantasmagoría, los sueños y los ensueños de Cestero juegan con el mismo sentido de su función, liberada de razonamiento y lógica porque posado el revés se mantiene en equilibrio sobre el cráneo del maestro Magritte…

No es necesario mantenerse con obsesión frente a la lógica, basta con liberarse de las funciones pre establecidas.

Cestero tiene toda la inteligencia conceptual para asimilar la personalidad filosófica de Magritte y hacer del escenario de su homenaje la conexión de pensamiento sobre los cuestionamientos de los significados que desde la perspectiva del maestro belga el arte es un manifiesto de la inteligencia expresado a través de los códigos de la imagen.

Como ´´la mente ama lo desconocido´´, y ´´la razón´´ la ´´des razón´´, es impensable no llevar una conversación entre Cestero y Magritte, sobre el Quijote.

Nos toca  a nosotros, público privilegiado contemplar , adivinar ,imaginar e  inventar todas  la palabras intercambiadas sobre el pensamiento  cervantino en la ética  y estética  surrealista de Magritte  con   las convenciones libertarias de Cestero, porque  no  nos  quedamos  solos, también  nos toca a nosotros videntes, empoderarnos del coloquio imaginario, del discurso silente para empalmar con los dos  maestros pudiendo llevar así  una dinámica  lúdica sobre la imagen transversal entre literatura y artes  visuales.

Estamos frente a un secreto de la palabra contenida en la mística de dos cerebros entrenados a presenciar el mundo con la conexión de la transgresión de la realidad en imaginarios metafóricos de un molino convertido en campo de batalla   frente a las amenazas de unos leones solo existentes en el misterio de la creación de imagen onírica.

Cestero en sus homenajes a Magritte, porque son muchos, nos plantea el enigma de su fascinación natural por el surrealismo, que él, profundamente dominicano, le vive como un sentimiento y una actitud natural y cultural. Porque el maestro Cestero lleva su obra con exceso de libertad en el sentido que el juego, la teatralidad, el drama y la extravagancia son referentes natos de su propia naturaleza intelectual y psicológica.

La alucinación frente a la imagen, el asombro, la ironía unen universalmente a estos dos maestros con una libertad fuera del tiempo, de la época, del movimiento artístico, de la historia del arte, porque son planteamientos nacidos del intelecto visual de cada uno de ellos.

El sombrero de copa, llamado bombín, es un leitmotiv permanente en el homenaje de Cestero a Magritte que toma poesía y elocuencia entre Dalí y Magritte con una gran impetuosidad en el gesto entre  estos dos maestros universales del surrealismo y más que una conversación, parecería, un ajuste de cuentas sobre la conceptualización filosófica del Manifiesto.

Estamos frente a dos grandes, y la sublimación de la imagen de la realidad ofrece más que un coloquio, entendemos que estamos frente a dos disertaciones y aclaraciones de dos genialidades cuyas obras cumplen con el espíritu de la surrealidad, es decir que están por encima de lo real para alcanzar lo surreal, cada uno con su psiquis y su intelectualidad.

 

Ese mismo sombrero bombín, es el empoderamiento de Cestero provocando en su obra una lectura subversiva necesaria y fundamental para todo aquel o aquella que pretenda acercarse a la singularidad de Magritte

Recordemos que el maestro surrealista belga, declaró ´´mis cuadros fueron concebidos para ser signos materiales de la libertad de pensamiento. Tienden, en la medida de lo posible, a no desmerecerse por el significado, es decir por lo imposible´´

Entonces, esa narrativa visual del maestro Cestero, partiendo de las posibilidades de sentido y contra  sentido del sombrero  bombín, significante en la juventud y época del dandismo, para encontrarlo posado al revés sobre la cabeza de Magritte, objeto receptáculo, quizás de conceptos en espera… pero también sujeto formal de composición alegórica a la forma como elemento visual de reflexión en su redondez establecida con el guiño comparatista con el pómulo del bastón, posado y en equilibrio sobre una  mesa con efecto de correspondencia a la redondez completa de lo que sería  una manzana… Es con la trascendencia del objeto que el maestro Cestero, configura la conexión visual de las formas como connotación asociativa de toda imaginación libre.

En el “autorretrato  con Magritte  conversando sobre el Quijote”, los ojos cerrados del maestro  belga, la retención  de concentración en su rostro , se alimentan de nuevo del bombín al revés que está recibiendo toda la explicación o verbalización de los sueños quijotescos, y como estamos en el trópico, y por conocer a  Cestero y su amplia capacidad de disertación, es posible que abunde sobre la isla  prometida …a… Sancho ….Panza… ilustre gobernador del sueño y la esperanza. El lenguaje, la pose concentrada de Magritte.

Sucede que el símbolo del sombrero al revés, también lo lleva Cestero, en su pose con Magritte, como fondo bautismal de las ideas Cesterianas, sin que uno sea  sombrero  bombín o Panamá  , como tampoco importa que uno sea dominicano y el otro  belga, lo que les une por encima de los protocolos establecidos por el porte de sombrero es justamente cambiar la funcionalidad del mismo.

El conjunto del homenaje, cuenta con una alegoría encendida del color con fondos amarillos y verdes que tanto caracterizan la paleta cesteriana, pero con una intensidad del azul en todos sus tonos, del más melancólico al más marítimo índigo y noche intensa, porque Cestero lleva en su discurso una teatralidad  dramática que anima en el fondo el abordaje del primer plano.

La genialidad de Cestero se manifiesta justamente en esa ironía y teatralización visual que le permite comulgar  ´´sobre la realidad´´ desde su espíritu inagotable y hacer en su obra  homenajes que autorizan al arte y a la inteligencia de estar  por encima y más allá de las definiciones herméticas.

Y, hacer del arte y de la imaginación un diálogo en todos los tiempos y en todos los espacios, y esto, es el talento y la inteligencia de Cestero.

 

Delia Blanco.